El Centro de Coordinación de Alertas, no ve ya lógico mantener su uso obligatorio en el transporte público
La Asociación Nacional de Empresarios de Transportes en Autocar (ANETRA) considera que ya ha pasado el tiempo de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en el transporte público en general, y en el autobús en particular, y defiende que su uso sea voluntario.
Por todo ello, desde ANETRA se ha solicitado al Ministerio de Transportes como interlocutor con Sanidad y a la Ponencia de Alertas, que el uso de mascarillas “sea recomendable” pero no obligatorio en el transporte de viajeros regular de uso especial, así como el discrecional y turístico.
En la última reunión del Comité Nacional, ANETRA propuso al mismo que se llevase a efecto una solicitud desde el departamento de transporte interurbano para que el uso de la mascarilla dejase de ser obligatoria en el interior de los autobuses, cuando, se recuerda, que han pasado ya cinco meses desde que se eliminó este empleo en otros espacios interiores.
En el caso del transporte discrecional de viajeros por carretera, resulta “curioso”, a juicio de esta asociación que representa al mayor numero de Pymes y autónomos del sector, que, en el caso, por ejemplo, del transporte regular de uso especial, tanto los trabajadores como los estudiantes no utilizan mascarillas en la mayoría de los colegios o en los centros de trabajo de forma obligatoria, a pesar de estar en contacto; y, sin embargo, en los autobuses si lo es.
Esta situación parece no tener sentido, pues tanto en las paradas, como antes o después de subir y bajar del autobús, los usuarios se quitan las mascarillas.
Otro ejemplo que apunta ANETRA es el del servicio discrecional de turismo o de eventos, y es que, en el caso de grupos de viaje, excursiones, bodas, transportes a ferias…, ocurre lo mismo, los viajeros están juntos antes, durante y después, y en ese caso tan sólo se les exige emplear la mascarilla en el autobús.
La rebeldía de los usuarios es cada vez mayor, y en todas las ciudades es normal encontrar usuarios de autobús, metro y, o cercanías, que no quieren utilizar la mascarilla o que la llevan puesta por debajo de la nariz. El problema que se crea es, en el caso del autobús que al final el conductor es el único que puede “controlar” su uso al subir al bus. Y en ese caso se dan situaciones desagradables cuando los pasajeros no la quieren utilizar; una vez que comienza el movimiento el conductor no puede estar pendiente de que los pasajeros lleven o no la mascarilla, su función es estar atento a la conducción y el tráfico.
Tampoco se entiende que cuando ya hay más de una veintena de países europeos que han retirado la obligatoriedad de la mascarilla en los transportes, caso de Alemania, Francia, Irlanda y Países Bajos, entre ellos, el Ministerio de Sanidad español mantenga esa decisión, que también está siendo contestada por gobiernos autonómicos, como, por ejemplo, Madrid, Castilla y León, Cataluña o Navarra.
Recientemente la ministra de Sanidad, Carolina Darias, no ha confirmado ni desmentido la posibilidad de que durante el mes de octubre desaparezca esa obligatoriedad, ya que ha afirmado que “como siempre” serán las personas expertas “quienes decidan” cuando será el final del uso obligatorio de mascarillas en el transporte público. Algo que “choca” con las indicaciones echas públicas desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, a principios de mes, señalando que desde el punto de vista técnico ya no es lógico mantener su uso obligatorio en el transporte público.