La situación de las empresas de Baleares es insostenible, según manifestaba el presidente de la FEBT durante su asamblea anual. A los ya graves problemas del sector por la caída de su facturación con la crisis del COVID, se suma un aumento del combustible sin precedentes. Roig pidió a la administración balear ayudas fiscales e incentivos para paliar esta situación.
La Federación Empresarial de Transporte de Baleares, FEBT, celebró este jueves su asamblea general con la presencia de la presidente del Gobierno de las Islas, Francina Armengol, el consejero de Movilidad, Josep Marí, y el presidente de Confebús, Rafael Barbadillo. La reunión abordó como eje principal la imposibilidad de los empresarios de asumir el elevado incremento del gasoleo, así como e mantenimiento de sus vehículos e instalaciones a consecuencia del parón supuesto por la crisis del COVID.
Bajo la batuta de Rafael Roig, presidente de la Federación Empresarial Balear de Transportes, FEBT, y del Presidente de CONFEBUS, se celebró la asamblea anual de la federación, que trató de un modo singular sobre la insostenibilidad de las empresas ante el reto de asumir actualmente el encarecimientos del combustible, así como del mantenimiento global de los vehículos (Neumáticos, aceites lubricantes y recambio de piezas ,etc.) e instalaciones y, por ende de los puestos de trabajo que todo ello representa, sin que repercuta sobre el consumidor final.
Roig, en nombre del transporte discrecional, trasaladó a la Presidenta Armengol el mal momento por el que atraviesa el sector y la urgente necesidad de contar con la Administración para compensar dicho aumento de los costes con ayudas fiscales e incentivos de carácter público.
La industria del transporte discrecional y turístico está representada en Baleares por 120 empresas, 1.500 autocares y minibuses y 1.800 puestos de trabajo a diciembre de 2021.
