El futuro mapa de ordenación de transportes de viajeros por carretera de Castilla y León modificará sustancialmente su confección actual y disparará las rutas hasta casi las 4.000, impulsadas por la potenciación del transporte a la demanda en la Comunidad.
La explosión de la pandemia de la covid-19 frenó en seco la aprobación del decreto que estaba pensado que entrase en el Consejo de Gobierno para su visto bueno la semana del 19 de marzo, pero ahora el objetivo de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente es que vea la luz en el segundo trimestre del año que viene.
Fomento insiste que este mapa que se aprobará a mediados del año que viene no contemplará el detalle de las líneas, sino que será un documento de bases para establecer los pilares sobre los que se levantará la estructura del nuevo transporte. Un nuevo mapa que girará sobre dos ejes: que el transporte llegue a toda la Comunidad y la conexión de todos los núcleos de población.
Para ello el departamento de Suárez-Quiñones multiplicará las casi 2.000 rutas actuales hasta rozar las 4.000. La base de este incremento se concentrará en las rutas del transporte a la demanda, que pasará a ser el eje del mapa, y elevará entre un cuarenta y un cincuenta por ciento sus líneas de servicio. Así, el transporte a la demanda absorberá gran parte de las líneas convencionales, y se estima que las rutas regular cuya ocupación sea inferior a 4.500 viajeros al año pasarán a ser prestadas como rutas de transporte a la demanda.
Según las cifras que maneja la Consejería de Fomento, más del sesenta por ciento de las rutas de transporte regular que circulan por la Comunidad tienen menos de 5.000 viajeros al año, y solo el 25 por ciento cuenta con una ocupación anual superior a los 10.000 pasajeros.
En la actualidad, el sistema concesional del transporte público que se prestan en Castilla y León se articula a través de 148 concesiones o contratos con la Administración autonómica, 77 autorizaciones administrativas especiales, 13 taxis rurales con reiteración de calendario y 30 concesiones de titularidad del Estado.
Además, vinculado a este incremento de las rutas, el objetivo es «cubrir toda la Comunidad» y dar servicio a las 1.100 de las 6.200 localidades que tiene Castilla y León que actualmente no tiene medio de transporte público.