El pasado día 18 la analista de mercado MSI celebró su tercer club del vehículo industrial en Madrid. En el evento participaron unos 150 profesionales del sector.
En esta ocasión el club contó con un coloquio sobre la situación del sector de mercancías y el del transporte de viajeros por carretera. El periodista Fran Martínez, director de Truckind y la directora de CarrilBus, Mayte Rodríguez, abordaron en ese coloquio la situación de ambos sectores, analizando los datos más relevantes de los mismos, cómo se habían visto influidos por la pandemia, y su situación actual y retos para el futuro. Entre los problemas comunes a ambos sectores, los periodistas destacaron la falta de conductores profesionales.
Mercados todavía muy atomizados
La directora de CarrilBus, Mayte Rodríguez, inició el coloquio ofreciendo datos sobre el mercado del autobuses que cuenta en España con una flota de unos 60.000 autobuses. Un sector que cuenta con una media de 15 vehículos por empresa y que tiene una tendencia imparable a la concentración. Según comentaba la directora de CarrilBus, «de las cerca de 4.000 empresas que había a finales de los años 90, el sector se ha ido concentrando progresivamente hasta llegar a las 2.700 en la actualidad».
La pandemia supuso una aceleración en el proceso de concentración, comentaba. «La falta de actividad, especialmente dura para el transporte discrecional, supuso la desaparición -por cierres y por ventas- de más de 400 empresas en apenas dos años».
Por su parte, Fran Martínez, de Truckind, hacía una radiografía del sector: 385.000 camiones de más de 16 toneladas repartidos entre más de 100.000 empresas, la mayoría autónomos, pymes y micropymes, con una media de 3,5 o 3,6 camiones por empresa, que dan forma a un sector “muy atomizado”; y mencionaba su preocupación por el ajuste de precios a la baja que están teniendo que hacer muchas flotas y su poca rentabilidad por el crecimiento de sus costes operativos, algo que les impide renovar sus vehículos, a pesar de que la edad media de las cabezas tractoras en España supera los 14 años de media de edad y los remolques los 23. En este contexto, Martínez destacaba que es “importante apoyar el mercado de ocasión para flotas sin capacidad de hacer las inversiones que requieren los vehículos de estas características”.
La dureza de la pandemia con el transporte en autobús
En este contexto Mayte Rodríguez hacía alusión a la grave situación que provocó la pandemia del covid en las empresas de autobuses. Empresas que se dedican a los transportes urbanos, de cercanías, largo recorrido y discrecional, según indicaba Mayte Rodríguez. «La pandemia afectó a todas las empresas, pero especialmente fue dura para aquellas que no pudieron continuar con los servicios y cuya actividad estaba más vinculada al discrecional puro, ligado al sector del turismo, congresos, eventos, transporte de escolares y de trabajadores, totalmente anulado con la pandemia». Los servicios urbanos, de cercanías y las concesiones de transporte regular en autobús también registraron caídas muy importantes, de más del 50%, pero mantuvieron siempre unos servicios mínimos.
«A finales de 2023 las estadísticas de viajeros hablan de recuperación y un leve incremento de los viajeros del autobús respecto a 2019 en los sectores del transporte urbano y del corto recorrido en autobús, mientras que el discrecional y el largo recorrido aún siguen por debajo de las cifras previas al covid», indicaba Rodríguez.
«El papel de las asociaciones demandando ayudas al sector, y el apoyo estatal y autonómico a través de diferentes aportaciones económicas y medidas, frenó un poco el tremendo impacto de la falta de movilidad generada en las empresas de autobuses por la crisis sanitaria». «Se retiraron autocares de las flotas y se perdieron muchos puestos de trabajo en favor de sectores que sí tenían actividad , como era el transporte de mercancías en esos momentos», indicaba la periodista.
En la actualidad, los grandes grupos empresariales que lideran el sector copan prácticamente el 50% de la actividad del transporte público de viajeros en autobús y autocar en España. Hablamos de empresas como ALSA, AVANZA-ADO, Moventis, Ruiz, Vectalia, Monbus, Arriva… Empresas que han seguido creciendo en el país, especialmente con la compra de empresas, y que también han crecido en el exterior ganando contratos de transporte en los mercados europeos y también en Asia y Africa.
Mercancías fue un sector crucial en la pandemia
Por su parte Fran Martínez hacía la radiografía del transporte de mercancías por carretera. Comentaba que durante la pandemia este sector había tenido “más suerte” que el de transporte de personas, por haber sido considerado ‘sector esencial’ -por la necesidad de medicamentos, material farmacéutico y sanitario, alimentos, el comercio electrónico, etc.-. Tanto fue así que en el 2020 “el sector de transporte de mercancías cayó ligeramente por debajo del 5%. Hay flotas con más de cien unidades de camiones, que son las que se llevan gran parte del pastel, y el 20% del negocio está en apenas diez empresas”, señalaba nuestro director.
Por tanto, “la salida de la pandemia no había sido traumática”, afirmaba, porque los problemas llegarían en 2022 con la crisis de Ucrania, el IPC disparado que reducía a mínimos históricos en Europa las cifras de consumo e inversiones y elevaba considerablemente el precio de los combustibles.
Futuro de incertidumbre en mercancías
El futuro, Martínez lo definía como “de incertidumbre”, y explicaba los porqués. Por un lado mencionaba que, “aunque las matriculaciones están yendo bien, la inflación y las subidas del tipo de interés siguen afectando al consumo”. Por otro se refería a la pérdida de volúmenes, “en el tercer trimestre se transportaron menos toneladas de mercancías que en 2022, que ya fue inferior a 2021”; a la necesidad de las empresas de reajustar los precios, “un peligro en un sector con tanta pequeña empresa y rentabilidades muy bajas: muchas empresas en España y Europa van a tener que cerrar. Vamos a ver compras, adquisiciones y fusiones de empresas”; y a la falta de profesionales.
En este último punto se detenía aportando datos interesantes. En primer lugar, mencionaba que hoy en España hacen falta unos 20.000 transportistas. En segundo, que el 70% de los conductores en activo en España tienen más de 50 años. Y en tercero, que la edad media de los conductores cada año crece, “por lo que no está entrando savia nueva y puede que de aquí a diez años perdamos un tercio de los conductores que tenemos ahora mismo en activo”.
Con estos datos sobre la mesa, Martínez era contundente: “Es un problema para la empresa de transporte, pero también para la economía nacional porque el transporte de mercancías vertebra toda la actividad económica del país”. Y porque nos afecta a todos, instaba a las administraciones a actuar, teniendo en cuenta que en España el 96% de las mercancías se mueve por carretera: “Es un problema serio que hay que acometer con urgencia”.
Futuro muy optimista en el transporte de viajeros
Aún con esa falta de conductores profesionales y con el endeudamiento que arrastran muchas empresas tras el covid, el sector está viviendo una recuperación económica. Con más de 3.700 autobuses matriculados este año y con políticas europeas y nacionales que quieren impulsar el transporte público de los próximos años, el sector ve el futuro con optimismo», afirmaba Mayte Rodríguez. Además, las ayudas a los viajeros, aprobadas el año pasado y que aún se mantienen influyen mucho en esa recuperación de la movilidad y del sector.
Y además, hoy el autobús lidera la transformación eléctrica en el vehículo pesado. Con más de 500 buses eléctricos circulando ya en España, dos de cada tres ayudas de los fondos Next Generation se han destinado a la compra de buses eléctricos. Numerosas ciudades españolas ya cuentan con autobuses eléctricos en sus flotas.
Muchos retos para el sector para el autobús
Entre algunos de los retos a los que se enfrenta el sector, Mayte Rodríguez, aludía la necesidad de una ley de movilidad coherente que contemple una renovación del sistema de líneas regulares en autobús y que podría plantear también su liberalización en largas distancias como se ha hecho con el ferrocarril. Un modelo de financiación de los transportes justo y eficiente, hoy inexistente. Una adecuación de los contratos públicos a los costes reales y a los incrementos de los precios como los del combustible. El fin de la morosidad en los pagos de los servicios públicos, especialmente escolares. Ayudas a la renovación de las flotas de autocares…