«King Long propone a los transportistas asimilar cuanto antes que el futuro del sector pasa por su electrificación en el corto y medio recorrido, tanto en el ámbito urbano como en el interurbano, de manera que dispongan del tiempo suficiente para ir realizando la electrificación de parte de su flota y ganar así en competitividad», Cayetano Pélaez, Director comercial King Long España
King Long posee la gama de soluciones 100% eléctricas más amplia del mercado, tanto para autobús como para autocar discrecional, ofreciendo a los operadores un amplio rango de longitudes.
King Long cuenta con la experiencia de cinco generaciones en la fabricación de más de 16.000 buses 100% eléctricos garantizando la correcta elección del modelo eléctrico y de sus características técnicas gracias a los medios técnicos más avanzados y con los que puede emular las condiciones de operación.
Por Cayetano Pélaez, director comercial King Long España
Son ya diez años los que King Long España lleva presente en nuestro país aportando soluciones en el transporte urbano, regional y discrecional acordes a las normativas vigentes de cada momento.
En todo este tiempo cosas tan fundamentales como el cuidado del medio ambiente o la preocupación del ciudadano por los altos niveles de ruido y la calidad del aire que respiramos, no han hecho más que ir en aumento.
Con el paso de los años observamos la existencia de un movimiento urbano totalmente real y concienciado que exige políticamente una movilidad libre de emisiones contaminantes por sus grandes beneficios para la salud y que gana adeptos muy deprisa entre la población. Sin duda, esto indica que en los próximos años el sector del transporte de viajeros deberá adaptarse rápidamente a tal exigencia si quiere seguir siendo uno de los medios de transporte más demandados frente a otros tipos de movilidad sostenible, además de cumplir obligatoriamente con la Ley europea del Clima.
King Long dispone de una vasta experiencia en el campo de la electromovilidad, de la cual ha sido pionera durante más de 20 años y puede ser aprovechada por las diversas empresas españolas del transporte para posicionarse cuanto antes a la cabeza del cambio y empezar su descarbonización de manera gradual y ordenada.
Incluso, desde las diferentes administraciones se contempla cada vez más y en menor tiempo se implementan políticas medioambientales más estrictas con el objeto de promocionar un transporte limpio y reducir las emisiones contaminantes en las ciudades, y con las que, a priori, las empresas tradicionales y familiares pueden ver en riesgo su continuidad si no se adelantan a hacer uso de la ayuda especializada de un fabricante con experiencia en el campo de la electromovilidad, que contribuya a definir junto al cliente aquellas primeras necesidades que sean factibles de migrar hacia la movilidad eléctrica.
Para ello, King Long propone a los transportistas asimilar cuanto antes que el futuro del sector pasa por su electrificación en el corto y medio recorrido, tanto en el ámbito urbano como en el interurbano, de manera que dispongan del tiempo suficiente para ir realizando la electrificación de parte de su flota y ganar así en competitividad mediante la innovación y diferenciación de servicios únicos frente a aquellas empresas que no los hayan realizado.
Es más, la decisión de tenerle miedo al cambio, alargar en el tiempo la transición eléctrica del sector o ser escéptico a ella, condenaría a la gran mayoría de empresas familiares transportistas a ir debilitando su imagen y, consecuentemente, a ver reducidos sus servicios y finalmente a desaparecer.
Una vez aceptada la magnitud de la transformación que comienza a darse en el sector es necesario determinar los siguientes puntos básicos para llevarlos a la práctica:
- Investigación y planificación: lo primero de todo es identificar aquellos servicios que, por sus condiciones de operativa, orografía, velocidad comercial, características y necesidades de autonomía diaria puedan ser objeto de sustitución por un bus 100% eléctrico y ver cómo se ajustan a las necesidades de la empresa antes de realizar cualquier cambio.
- Costos iniciales y operativos: por una parte, es necesario evaluar la infraestructura para cargar los autobuses eléctricos y la capacidad eléctrica disponible en la empresa, lo cual puede ir acompañado de una actualización de la infraestructura eléctrica existente. Por otra parte, se debe precisar los incentivos fiscales y los programas de subvenciones disponibles de las diferentes administraciones públicas, tanto por la adquisición de un bus eléctrico como por la de un cargador. A partir de aquí, y reunidos todos los costes de explotación -incluyendo el coste del kW.h para la recarga– es el momento de determinar la viabilidad del cambio sabiendo que el coste de mantenimiento de un bus eléctrico es un 30-35% inferior al de uno de combustión.
- Establecer un plan de carga: es importante tener un plan de carga establecido que garantice que los buses eléctricos estén cargados y listos para su uso cuando se les necesite, identificando en todo momento las franjas horarias de coste reducido que ofrezca la compañía eléctrica contratada.
- Capacitar al personal: la transición al autobús eléctrico requiere que el personal competente tenga la capacitación adecuada para realizar un correcto mantenimiento del bus y de la batería, nociones sobre la seguridad durante el proceso de carga y las diferencias en la conducción de los buses eléctricos en comparación con los buses convencionales.
- Monitorear y evaluar: es fundamental monitorear y evaluar la transición para asegurarse de que está funcionando de manera efectiva. Esto implica la recopilación de datos sobre el rendimiento de los vehículos, el consumo de energía y los costos operativos. La evaluación también debe incluir la identificación de áreas de mejora en la transición y la medición de la satisfacción del usuario informándole periódicamente sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la calidad del aire y los beneficios para la salud. La monitorización y evaluación continuas ayudan a garantizar que la transición al autobús eléctrico sea efectiva y sostenible a largo plazo.
En virtud de ello, King Long cuenta con la experiencia de cinco generaciones en la fabricación de más de 16.000 buses 100% eléctricos garantizando la correcta elección del modelo eléctrico y de sus características técnicas gracias los medios técnicos más avanzados hasta la fecha que posee su laboratorio de i+D, permitiendo al comprador emular las condiciones de operación y, por tanto, el retorno de la inversión a lo largo de sus años de explotación. En la fase previa de identificación de producto es donde King Long España tiene un trabajo esencial a la hora de recopilar los datos del operador para su posterior análisis, además de estar capacitada para proporcionarle posteriormente cualquier infraestructura necesaria para la recarga del bus desde los sistemas más básicos hasta los más complejos de autoconsumo con almacenamiento de energía.
Además, cabe destacar que King Long posee la gama de soluciones 100% eléctricas más amplia del mercado, tanto para autobús como para autocar discrecional, ofreciendo a los operadores un amplio rango de longitudes que cubren todas las necesidades urbanas de clase I en 5,99m, 9,18m, 10,70m, 12m, 14,69m y 18,75m, a la vez que ya se ofrecen variantes en clase II/III para el transporte suburbano y de cercanías en 13 y 15 m.
Por último, hay que recordar que se aproximan años de muchos cambios y retos, tanto legislativos como tecnológicos, donde la pandemia no ha hecho más que acelerar el camino marcado por Europa hacia la plena descarbonización en todos los sectores.
El bus eléctrico tiene un papel protagonista esencial por su rápida aceptación y beneficios medioambientales pero, sin duda, corresponde a la administración central promover y apoyar el cambio tecnológico manteniendo en el tiempo las ayudas actuales disponibles a la compra de autocares y autobuses eléctricos que, en su mayor parte, oscilan entre 130.000 y 200.000€ (según la clasificación de la empresa y la categoría del vehículo en cuestión) y que el cliente las reciba rápidamente desde su solicitud con la mera finalidad de ganar cuanto antes en competitividad y, en definitiva, a ayudarles a realizar el cambio en beneficio de todos.