El pasado 18 de marzo, y tras la petición de la Fundación Madrina, quien había organizado un convoy humanitario para traer a refugiados ucranianos desde Medyka (Polonia) y Leópolis (Ucrania) hasta Madrid, Julián de Castro fue a llevar con sus autocares a parte de ellos (el resto iban hacía Sevilla), a las ciudades de Lugo y La Coruña.
El conductor Fernando Buceta, con el autobús 623, los estuvo esperando en el parque Juan Carlos I, que tras descansar de un largo viaje desde Dortmund (Alemania), donde repusieron fuerzas y comieron, cambiaron sus maletas de autobús, para seguir con su viaje hasta Galicia.
Igualmente, el día 1 de abril, envió dos autobuses al Novotel Madrid Center, a fin de recoger a varios niños ucranianos y llevarlos al Wanda Metropolitano, donde les organizaron una visita a dicho estadio de futbol. Esta entidad, se considera orgullosa de prestar una labor social y humanitaria a una población, devastada por la guerra (se bombardean casas, hospitales y colegios), intentando paliar en la medida de lo posible una situación muy difícil, ya que aparte de la barrera lingüística (la mayoría son mujeres y niños que no conocen ni el español ni el inglés), se encuentran afectadas psicológicamente, puesto que dejan a familiares enfermos o veteranos, que no pueden abandonar su país, o a esposos o hijos mayores de 18 años, que están luchando en la guerra.
Por este motivo, y desde estas líneas, desde Julián de Castro hacen un llamamiento a todas aquellas personas que pudieran instalarles en sus casas y acogerles, tras la grave crisis migratoria donde ya están superándose los 4.000.000 de refugiados, poniéndose en contacto, ya sea directamente a la Fundación Madrina (tfno.; 91 449 06 90 y correo fundacion@madrina.org) o realizando donaciones por su página web.