Garantiza a todas las personas la posibilidad de desplazarse en condiciones de seguridad y a un coste asequible”, destaca Rafael Barbadillo, presidente de CONFEBUS. El autobús es clave para hacer efectivo este derecho y para cumplir con el resto de los pilares de la Ley: un transporte limpio e innovador, respaldado por un uso eficiente de la financiación.
CONFEBUS celebra la aprobación definitiva de la Ley de Movilidad Sostenible el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, pendiente de publicación en el BOE, que establece la hoja de ruta para la continuidad de las políticas de movilidad y la consagra como un derecho universal.
Desde la Confederación entienden que la Ley beneficia al ciudadano, al garantizar su derecho a desplazarse por todo el territorio nacional de forma segura y asequible, a la vez que fortalece e impulsa un servicio público de transporte en autobús de calidad para todos. Ningún otro transporte público llega a tantos núcleos de población para asegurar que cada día millones de personas puedan acceder a la sanidad, la educación, el trabajo, así como otros ámbitos clave como el ocio y el turismo, sin importar dónde residan.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible señala al autobús como principal garante de este derecho a través de la consolidación del sistema concesional de transporte, que ha permitido que nuestro transporte público en autobús sea uno de los mejores de Europa, incluso tomado como ejemplo para muchos otros territorios, estableciendo además el plazo para la renovación del mapa concesional del Estado.
Junto a esta cuestión, la de la accesibilidad universal, la Ley se sustenta en otros tres pilares, cada cual más importante y necesario. La movilidad tiene que ser limpia y sana, lo que se traduce en un necesario proceso de descarbonización, además de segura, concepto sobre el que el bus apenas es responsable del 0,1% del total de la carretera.
La innovación se erige como otro de los pilares de la Ley, promoviendo la creación de espacios de pruebas (sandboxes) que permitirán llevar a cabo proyectos innovadores (nuevos servicios, nuevas tecnologías, nuevos modelos de negocio…) en un entorno de pruebas controlado (en tiempo, extensión, número de usuarios, etc.), en el marco de un protocolo ad-hoc y con la participación en todo el proceso de las administraciones y empresas implicadas, facilitando su llegada al mercado. El resultado de la prueba permitirá, tanto al promotor como a la administración, adquirir un aprendizaje mediante la observación del mercado en un entorno controlado.
En este sentido, los empresarios del transporte están más que concienciados con las nuevas tecnologías y la renovación de flotas. No en vano, invierten 1.000 millones anuales en incrementar la eficiencia de su material móvil.
Por otro lado, la Ley será el marco en el que mejorar las decisiones de financiación en movilidad, abarcando no solo al transporte urbano, sino al interurbano y rural.
Por todo ello, la Ley de Movilidad Sostenible es bienvenida como base para consolidar un derecho fundamental de las personas y punto de partida del futuro del autobús como pilar de esa movilidad, para todos.