El pasado lunes la marca Volvo dio a conocer a la prensa del autobús la tercera generación de su vehículo eléctrico que, entre otras novedades, permite una carga única y una autonomía considerable que le permite cubrir una jornada de trabajo. Jaime Verdú, director comercial de buses, garantizaba, además, el compromiso del fabricante a que el operador tenga siempre un 80% de batería disponible.
Con una potencia embarcada de 470 kWh en cinco packs de baterías el 7900 eléctrico de Volvo ofrece una autonomía más que sobrada en una línea de transporte urbano convencional. Sin dar una estimación exacta, eso sí, porque esa autonomía difiere según la época del año, orografía, carga de pasaje… como nos comentaban responsables de la marca.
Como novedad, la tercera generación de buses eléctricos de Volvo incorpora una caja de cambios de ZF con dos marchas que optimiza el arranque evitando la aceleración brusca que un eléctrico suele tener, precisamente, en la arrancada. Además, incluye equipo de aire acondicionado Spheros con un rendimiento óptimo, como pudimos comprobar en una pequeña prueba por la ciudad madrileña de Valdemoro.
El nuevo e7900 de Volvo se ofrece en potencias de 282, 376, 470 y hasta 564 kWh en la versión articulada de 18,7 metros. El vehículo es la evolución del primer desarrollo de la marca presentado en 2015 y del que ya ha vendido numerosas unidades. De hecho, la firma ya cuenta con unos 5.000 vehículos eléctricos e híbridos circulando por todo el mundo. De ellos, unos 500 híbridos ya circulan por España.
Exteriormente nos encontramos con el mismo diseño del modelo 7900, pero nos llama la atención la desaparición de los espejos retrovisores integrando el sistema Optiview. Un sistema que, a través de cámaras en el puesto de conductor, ofrece una visibilidad integral de los laterales del vehículo. A ellos suma el sistema Mobileye, con cámaras en los laterales que eliminan los puntos muertos y que aumentan la seguridad en el tráfico urbano, donde bicis y patinetes forman cada vez más parte del nuevo ecosistema de movilidad.
En el interior nos encontramos con un bus de amplios ventanales, luminoso, con un fabricación muy compacta que minimiza las vibraciones y con unos prácticos asientos de la firma italiana Ruspa que resultan de lo más llamativos. Mampara de conductor y climatización independiente para el mismo. Y tres puertas dobles con doble rampa automática y manual en la puerta central.
Realmente, Volvo siempre ha tenido el compromiso de no ofrecer a sus clientes ningún vehículo que no fuese viable para realizar un servicio normal. Así, hasta esta tercera generación, la firma suministraba solo su eléctrico también con carga de oportunidad a través de pantógrafos.
Jaime Verdú nos recordaba que los valores de su marca son fabricar vehículos respetando en medioambiente, buscando la máxima seguridad (0 accidentes) y con la máxima calidad. Valores que introducen en todos sus productos.
La estrategia de sostenibilidad de Volvo, a la que Verdú se refería, contempla una apuesta por mejorar el clima y contribuir en la reducción de gases con efecto invernadero. Algo que aplican desde la misma producción de vehículo, construyendo plantas eco-sostenibles e introduciendo materiales sostenibles y reciclables. Una estrategia donde el foco está en el cliente y para el que se ofrecen soluciones personalizadas.
Apuesta por el vehículo híbrido
La apuesta de VOLVO sigue siendo el vehículo híbrido, según comentaba el responsable de buses urbanos, Fernando Chavarría. La gama 7900 se ofrece en versiones Full Hybrid y como S-charge. Un Full Hybrid reduce las emisiones de CO2 hasta un 33% y puede llegar a circular en modo eléctrico por las zonas que se definan desde 600 metros hasta más de 2,5 km.
La marca monitoriza los rendimientos y estado de las baterías del vehículo en todo momento para garantizar sus rendimientos y trabaja codo a codo con sus clientes para conseguirlo a través de formación y apoyo continuo.