Según afirma Julián Sastre, experto en movilidad y Director del Instituto de Movilidad, que «un modelo de movilidad dependiente del automóvil para los desplazamientos cotidianos es un modelo In-SOS-tenible, en tanto que tiene una importante afección al bienestar, a la calidad de vida de las personas, a la competitividad de las empresas y a la economía. Desgraciadamente, este ha sido el modelo imperante en nuestras ciudades en las últimas décadas, orientando las políticas de urbanismo y movilidad precisamente a tomar el automóvil como el eje principal del diseño de las ciudades.
Esto ha traído como consecuencias innumerables efectos colaterales que hoy sufrimos como los elevados niveles de contaminación atmosférica, la incidencia en el cambio climático, la afección a la salud pública, la ineficiencia y dependencia energética, el tráfico y congestión, la pérdida de tiempo, el consumo de suelo, el ruido, los elevados índices de accidentalidad, así como la exclusión laboral y social y la pérdida de competitividad de muchos negocios locales. Hoy escribo esto con María Cuello y Paula Fraile expertas en la materia con las que he tenido la suerte de trabajar en numerosos proyectos que ya desde hace años han abordado, antes de ser obligatorio, muchas entidades bien por imagen corporativa, bien por compromiso, entre las que cito algunas como EMASESA, Universidad de Jaen, Universidad de La Laguna y más recientemente el SAS Andaluz (Sistema Andaluz de Salud).
Es importante tener en cuenta la movilidad obligada, y más concretamente, la movilidad al trabajo, ya que esta movilidad presenta las siguientes cifras, nada desdeñables:
• Los desplazamientos al trabajo representan un 40% de la movilidad diaria.
• Un trabajador, de media, dedica 52 minutos en día en desplazarse al trabajo.
• El 54% de la humanidad vive en zonas urbanas.
• El 64% del petróleo del mundo se utiliza para el transporte.
• El 23% de emisiones de CO2 se deben a vehículos urbanos.
• Las ciudades ocupan un 2% de la superficie mundial, pero emiten el 75% de CO2.
• El 37% de los accidentes laborales se producen en los desplazamientos.
• Cuando se tienen en cuenta todos los viajes por motivo trabajo, se constata que, a nivel nacional, el automóvil y la moto suponen un 63% de los viajes realizados, según datos del Observatorio de la Movilidad Metropolitana.
Si quieres leer el informe completo realizado por Julián Sastre y su equipo puedes descargarlo en el siguiente enlace: